Desiertos...
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Mientras la pisada repta lentamente por la madriguera, con una tijera en la mano y una balanza en la otra, se opaca el aceitoso barniz de mis ojos; el oquedal va perdiendo su espesor y el sendero comienza a estrechar. Ya la carroña vuela por todo lo alto, describiendo puras elipses; merodean calladas, dividen sigilosas y descortezan poco a poco, la fibra de la higuera...
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Cuando el fruto caiga, la tierra le dará la espalda...
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3 Comments:
será que el fruto es dichoso en el revés o que el árbol disfruta de esa porción tanto como la enervadura de sus hojas sonroja tiernamente el aire que se cierne entre ellas...
(((a púas delictuales me saben aquéllas de su fotografía, sr.)))
besos espinales
ps: me pregunto si el oquedal está compuesto de algún número especial
tengo unas fotos casi idénticas.. donde las tomé la tierra habia sido triste porque no sabia que se podia ser de otra forma hasta que un dia, un distraido y pasajero dia, el agüita le lavo la cara
observando la imagen una y otra vez vuelve la misma sensacion a posarse en mis venas:
dejarme deslizar por sus contornos, perderme en un rincón y aparecer luego por otras esquinas, perder la conciencia en el envés y sumergirme en la esponjosidad oculta bajo aquel verdor...
me seduce profundamente (la imagen)
hay algo escondido en sus letras que me estremece, que me hace querer pedir más, que arranca suspiros y otras brisas de mis labios...
un beso, o dos
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