martes, septiembre 06, 2005

Juicio a mi conciencia

©2005 RKM

Que ganas de hacer como el druida del libro que estoy leyendo...

Al observar un grupo de aves cautivas, en la plaza de un villorrio que visitaba, y sin ser sorprendido, abrió sus jaulas y les devolvió la libertad con la acción y la palabra.

No olvidemos que hablaban con la flora y con la fauna... (y además la escuchaban).

Físicamente cortó sus ataduras y les repuso la condición de moverse en total libertad por el mundo natural.

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En la oportunidad que tomé la foto del loro debo reconocer que mi humanidad no reparó en su cautiverio como lo haría hoy después de saborear las páginas que adornan las épicas alternativas de la cultura celta y su lucha contra la invasión de los romanos, en el caso de este libro en particular.

Hay una riqueza en su pensamiento y en la perspectiva simple y natural qe pueden tener las cosas, que la idea del progreso y la "civilización" ha ido minando y ocultando.

Se vivía y se producía en armonía y al compás de la naturaleza, y la solidaridad era un bien social, no había propiedad privada y la palabra era contrato suficiente. Qué época...!!!

Reverenciaban el día, la noche, las estaciones, el viento y la lluvia, respetaban la flora y la fauna (...)

Ahora son otros ídolos los que se ubican en el panteón; el dinero es hoy nuestro becerro de oro.

...y la idolatría nuestro mejor pecado.


2 Comments:

At septiembre 12, 2005 10:08 a. m., Blogger mente-demente said...

Linda Foto.
En el libro El consume me consume, de Tomás Moulian hay un capitulo que se llama "la fetichización del dinero".... a proposito de lo que escribes,

Saludos
Gaby

 
At septiembre 12, 2005 1:32 p. m., Blogger Rafa said...

Que grande Tomás Moulian, un hombre sereno, ponderado y no por ello menos vehemente.

Tuve el honor de conocerlo para la época de mi tesis, donde junto a mi partner lo entrevistamos sobre el cambio cultural provocado por la influencia de Internet y las nuevas tecnologías...

...no he leido ese libro que comentas.

Pero te puedo recomendar uno que se llama Funky Business: "El talento mueve al capital", de Jonas Ridderstrale y Kjell Nordstrom, unos suecos bien lúcidos que miran este y otros asuntos desde otra óptica..

Un abrazo.

Rafa

 

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