Scherzo Maestoso Op. 71
Pedro, hermano:
Hemos llegado a Barcelona cada uno en su propio viaje.
Yo he venido a tomar tus manos, a besar tu amplia frente, a sentir el latido de tu corazón y a limpiar tus pies para que emprendas el rumbo y desandes la vertiente.
Tú, has venido a continuar el periplo...
Lamento que tu deseo de volver a Chile y de formar una familia allá, lo haya truncado el peso de una cabrona e injusta enfermedad, cuando ya para ello sólo bastaba gozar de buena salud.
Cuando viajaste a Chile en marzo, varios círculos se cerraron y varios polígonos se alinearon.
Por mi parte, baste decir qué gran privilegio tuve en mi hogar cuando fuiste a conocer a mi hijo Goran, en la portentosa compañía del Coyote.
Gabriela, Vicente y Colomba -el resto de la tribu- ya te conocían y disfrutaban. Reímos, comimos, conversamos y nos bebimos la amistad de toda una vida (sin alcohol, qué hazaña..!!!).
En estos breves y largos días a tu lado, he recibido el regalo y el privilegio de tu compañía, además del calor de tus bellas manos.
Quedarme en tu departamento, en tu amada y alucinante ciudad, me ha prodigado el amparo necesario para enfrentar estos duros y complejos días.
Quienes estamos acá hemos cobijado nuestras penas y alegrías en tu hogar, amalgamando este dolor, dándole forma; como improvisados alquimistas, intentamos mudar este puñal doloroso en eterna vestidura...
Quienes quedaron en Chile, en Concepción y en Santiago o en otras latitudes, han sentido tu ausencia por más de una década y en ese tiempo cada uno a su modo, a la distancia, ha buscado tu sonrisa, tu carcajada y tu siempre amorosa palabra de consejo, de amistad y de preocupada intención.
Admiro y admiraré tu capacidad de mirar dentro del alma de tus cercanos y de enfrentar la vida con humor y con carácter.
En este paso difícil, nos has mostrado como se enfrenta la muerte con entereza, dignidad e hidalguía.
La hombría con la que asumiste los últimos dos años de tu jodida enfermedad, en tierras lejanas para nosotros, revela cómo es que un buen hombre debe llegar al momento de partir de este mundo. Tu enseñanza es un regalo y un presente para tu familia, compañeros, amigos y afectos.
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Quiero Agradecer ahora a Sofía, a Felipe, a Teresa, a Nils, a Gregorio, a Eliú, a Carola y Alejandro por estar con Pedro hasta el final.
Valga decir que éramos cinco personas quienes rodeamos físicamente a Pedro en su paso, pero en el hospital ya no cabía un alfiler de tanto cariño. El que portábamos y el que se hacía presente desde Chile y otros países.
A Joan Roca, e Isidre Gironés, gracias por tender sus dos manos y facilitar el inicio de la estadía de Pedro, en el Vendrell y Barcelona respectivamente.
A Dolors Pons y sus hijos Ismael y Alex Matas, quienes trataron a Pedro como de su propia familia, mis eternos agradecimientos...
Al personal de salud que cuidó de Pedro en el Hospital Clinic de Barcelona y en el Hospital de Bellvitge, en estos días finales, GRACIAS
A la Señora Paquita, esposa del compañero de cuarto de Pedro, en especial, gracias por su amorosa compasión.
Al estado Español y a la comunidad de Catalunya, por proveer a nuestro compatriota de una atención de salud de primer nivel: "chapeau".
A todos quienes disfrutaron a Pedro y a todos los que lo seguirán disfrutando, mi abrazo más acojonante.
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- Lo máximo..!
Un abrazo eterno, Rafael